La exposición es definida en un texto escrito para tal fin por uno de los grandes expertos del mundo del arte, David Montolio, director del Museo Catedralicio
MI PEDRO JIMENEZ SORIA
Los mundos artísticos de Pedro Jiménez Soria siempre han sido un conmovedor y rico universo de símbolos tan profundos e interesantes como su propio carácter personal, intenso, tierno, culto y desafiante. Sus composiciones denotan el misterio de una vanguardia que surge del conocimiento del género y la experimentación, a veces oscuro a veces luminoso como un destello.
La presente serie se encuadra dentro del apasionante devenir de su obra, una serie de muestras impecablemente exhibidas, excelentes, donde evoca su método y su oficio para la realización de su especial procedimiento y estilo pictórico, como inspirado en un Museo de Historia Natural, valiéndose de los modelos primitivos que dramatizan las fisonomías para destacar la sensación de vida. Es una manifestación desahogada de un expresionista en su particular vanguardia, interpretada sin desatender lo que estas inquietudes innovadoras tenían para él como espontánea paráfrasis de un lenguaje tan propio como personal y original. El contrariado apocalipsis de este formidable océano cultural, tan talentoso como bellamente plástico, es un entornoterroríficamente agraciado lastrado por su fascinante y manifiestamente envidiable mente artística.
Es por eso por lo que las figuras de Pedro, como cribadas por el prisma de su concepto espacial interior, parecen habitadas por una tensión casi insoportable, paroxística y pasional, siempre como al borde de la cataclismo. La poderosa personalidad y, sobre todo, vitalidad, de Jiménez Soria hace que la pintura asuma un alto voltaje de tensión y que salpique brillantemente toda una extensa trayectoria que se ha nutrido del poderoso ímpetu de la experiencia de este caos desconcertante subjetivo y objetivo conformado en su adolescencia.
La trascendencia de esta exposición es, de esta manera, muy íntima y personal, ya que no sólo nos suministra una diversidad de conclusiones artísticas decisivas y maravillosas para juzgar la génesis y fundamentos de unestilo maduro y reflexivo del maestro y del contexto social en que nació y creció, irradiando a través de una culta perspectiva al fecundo microcosmos marino, introduciéndonos de lleno en la revelación contundente de una naturaleza traumática y creativa.
La muestra seres marinos, en su mundo intermedio surrealista, constituye el restablecimiento de la recuperación de un estado creativo de un autor con la hermosa plasmación de un cosmos que sigue sus propios y maravillosos prototipos mentales. Un infinito repleto de experiencias fantásticas y asombrosas, de trascendencia del alma humana en su esencia existencial, lo cual convierte su visita y degustación en algo imprescindible para el paladar sensitivo.
David Montolio
No es fantasía, es búsqueda. Cada creación trata de encontrase a sí misma, justificar su existencia despertando a la vida que solo Pedro Soria es capaz de transmitir.
La Líneas curvas siguen buscando la poligonía obsesiva que en toda la obra de Pedro pasea por el cubismo de Picasso o el colorismo de Matisse.
Lenguaje propio y universal, diálogo entre lo trascendente y lo circundante.
No es imaginación es otra realidad, la de los personajes que gravitan en la flacidez de un surrealismo propio.
Lo extraño adquiere vida, transita por el lienzo capturando y provocando en el espectador el desafío de las miradas estrábicas de una lógica inexistente.
Juan CorchadoLA MIRADA DEL OTRO
EXPOSIÓN PERMANENTE EN GASTROADICTOS DE SEGORBE
Soria y el neocubismo